Las reglas del juego

Hoy es el Debate sobre el Estado de la Nación. Sí, ya saben, ese documental de animalitos que pasan por televisión una vez al año donde dos machos Alfa chocan sus cornamentas para demostrar a sus manadas que siguen al frente del grupo. Les puedo anticipar su contenido: el Presidente del Gobierno glosará sus esfuerzos por sacarnos de la crisis en un discurso previamente escrito y, desde la oposición, Mariano Rajoy le criticará leyendo un discurso escrito previamente en el que pedirá elecciones anticipadas. El Presidente le replicará diciendo que ellos, el PP, no aportan nada, le mencionará la tumbona en la que vive y, mientras tanto, la vida seguirá discurriendo pausada y calurosa fuera del Congreso. Los temas serán los principales hits del año en curso: la crisis, el paro, las elecciones (pasadas y futuras), quizá Afganistan y Libia, y el siempre apasionante debate en torno al conglomerado Bildu-Batasuna-Sortu-ETA y alrededores.

Quería detenerme brevemente en este último punto, Bildu y su presencia en las instituciones vascas. Tras las pasadas elecciones, Bildu acumula un poder que jamás ostentó la “izquierda abertzale”, con el Ayuntamiento de San Sebastian y las Juntas Generales de Guipuzcoa como principales enclaves. En ambos casos, gobernaran en minoría. Algunas de las primeras actuaciones de Bildu han levantado cierta polémica, como la retirada del retrato del Rey y de las banderas del Ayuntamiento de San Sebastian o la polémica con los escoltas en Andoain y Lasarte. Desde la oposición y desde el Gobierno se han hecho llamamientos a Bildu para que, digamoslo así, respeten las reglas de juego democrático.

Evidentemente, yo no voy a ser menos y voy a pedir a Bildu y a los demás partidos políticos (también a PP y a PSOE) que respeten las reglas del juego. Reglas que, entre otras cosas, permiten competir a todo aquel que cumpla una serie de requisitos, fruslerias como la ley y tal, y estipulan que los ciudadanos reparten las cartas y cada uno tiene que jugar con la mano que le ha correspondido. Desde este blog, un servidor defendió en su momento que Sortu debía ser legal porque, a la luz de las pruebas, cumplía las reglas del juego pero los tribunales, que velan por el juego y son los máximos interpretes de sus reglas, no lo vieron así. Con Bildu las cosas cambiaron y los tribunales, en concreto el TC, permitió a Bildu jugar a esto de la democracía porque cumplía con unas reglas que, casualmente, habían marcado PP y PSOE. Bildu cumplió y gracias en buena parte a la campaña gratuita que le hizó el PP alcanzó, conforme a la reglas del juego, un resultado histórico.

A mi no me gusta ese resultado, igual que no me gustan otros muchos de esas elecciones, pero asumo que así es el juego. Otros no lo hacen. Si los tribunales han determinado que Bildu no es ETA ¿por qué habla el PP de la presencia de ETA en las instituciones? ¿Por qué los medios de la caverna hablan una y otra vez de los pactos del PSOE con ETA para que ésta entrara en Ayuntamientos y Juntas? ¿Dónde quedó el respeto a las reglas del juego?

El PP y sus acólitos van a utilizar a Bildu durante lo que resta de legislatura como punta de lanza contra el PSOE porque su candidato a las próximas elecciones generales es el máximo responsable de la lucha contra el terrorismo. ¿Usar el terrorismo como arma política está permitido por las reglas del juego?

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